Institucional
Nuestra historia

El Instituto de Hermanas de la Sagrada familia de Urgel fue fundado en Seo de Urgel, España, el 29 de junio de 1859, por Ana María Janer Anglarill, que fue beatificada el 8 de octubre de 2011 en Seo de Urgel.
Desde el comienzo la educación fue motivo de preocupación y seria dedicación para Madre Ana María Janer y las primeras hermanas.  

Los principios que animaron la vida de la Madre Ana María se manifiestan en sus expresiones tan sencillas como convincentes y definen un Proyecto Educativo actuado desde el carisma congregacional.

“…Mis fuerzas, mi bienestar, mi vida toda sacrificaré al servicio de mi Dios… en la niñez, desarrollando sus facultades morales; enseñarles nuestra religión sacrosanta, instruirlos, hacerlos buenos cristianos…”. (M. Ana María Janer)

“Las primeras lecciones han de ser, ante todo, las del Catecismo y buenas costumbres, pues con ellas tendremos personas que favorecerán a la Religión y moralizarán la Sociedad”. (E.M.J. Nº 57)

“Firmeza cuando sea necesario; dureza nunca; dulzura y caridad en todas partes”. (E.M.J. Nº 83)

“Cuánto se contenta Dios Nuestro Señor con las obras de caridad que practicamos a favor de nuestros hermanos”. (E.M.J. Nº 50)

Fiel a su tradición pedagógica, la Comunidad Janeriana de Flores como parte de la Congregación de Hermanas de la Sagrada Familia de Urgel asume con amor su compromiso vocacional de participar, a través de la educación, en la misión evangelizadora de la Iglesia y de “hacer presente a la Iglesia en la sociedad”.

El Instituto Ana María Janer de Flores, es parte de esta familia y fruto de este impulso evangelizador...

La primera comunidad se estableció en una casa alquilada en la calle San Pedrito 295.

25 de diciembre 1931 – Se establece una pequeña comunidad que comienza labores escolares –párvulos y enseñanza primaria- el primero de marzo del año siguiente.

Crece la matrícula. Muy pronto se hace necesario un edificio más capaz, y adquieren uno de la calle Juan Bautista Alberdi, 2541 –inicio del actual Instituto Janer-, al que es trasladado el colegio.
Al cabo de algunos años, y sin que hayan sido interrumpidas las clases, se levanta el actual edificio.

Desde entonces ha ido creciendo intentando ser fiel a su misión evangelizadora, promoviendo una educación integral, cimentada en los valores humanos y cristianos.