Institucional
Instituto Ana María Janer
Una escuela de puertas abiertas...
Una escuela comprometida con el hermano más necesitado...
Una escuela que apuesta a desarrollar lo mejor de cada uno...

Numerosos son los desafíos que se nos presentan en la actualidad como escuela. Frente a la realidad que nos rodea, queremos brindar una formación integral a nuestros niños, enfatizando el aspecto humano, vincular y social a partir del reconocimiento del que tengo al lado como “prójimo” y de la sensibilización social frente a esas realidades que nos tocan atravesar.

Como escuela queremos ser un espacio abierto a todos, sin distinción, donde la preocupación por desarrollar las potencialidades de cada uno de nuestros alumnos sea nuestro mayor desvelo. Esto nos interroga y nos interpela a reflexionar constantemente  y buscar nuevas estrategias  en nuestra tarea.

Consideramos que nuestra misión no podemos cumplirla sin el apoyo y el trabajo conjunto con la familia. Por eso mismo, queremos ser también una escuela abierta a la familia, la cual pueda sentir a la institución como su comunidad, su espacio, su escuela.

En definitiva, queremos ser una escuela que sea comunidad, que promueva la comunión entre todos sus miembros, docentes, alumnos y padres, para actualizar y hacer visible en el presente y en la tarea de cada uno el carisma de la Beata Ana María Janer. Este es nuestro deseo que se plasma en las diferentes áreas que conforman nuestra propuesta formativa.


Objetivo Institucional:
“Brindar a los niños y jóvenes una educación integral que haga posible la madurez humana y el desarrollo de los valores que informan la concepción cristiana del hombre y de la vida”

¿Para qué?
Para que los niños y adolescentes sean agentes de su propio desarrollo y lleguen a ser libres, responsables y solidarios en la construcción de un mundo más justo.

¿Cómo?
Bajo la concepción de una educación personalista, personalizada y personalizante.

¿Qué propone?
Que cada integrante de la comunidad educativa:
  • se abra a la relación, a la comunidad y al servicio recíproco.
  • valore y cultive su inserción en el medio familiar como miembro responsable del mismo.
  • se comprometa con las necesidades de los hombres, sus hermanos , y lo exprese en la solidaridad.
  • se haga capaz de discernir con sinceridad y firmeza los valores cristianos y de optar por los mismos.
  • desarrolle actitudes y habilidades, ligadas a la reflexión e investigación, que le permita enfrentar situaciones nuevas y guiar su búsqueda de la verdad y el bien.
  • evidencie espíritu crítico al formular juicios de valor frente a la realidad y al adoptar sus propias resoluciones.
  • conozca, valore y se comprometa como agente activo en el desarrollo de la cultura nacional y latinoamericana, insertándose en la realidad histórica social de su patria y del continente.
  • elabore una síntesis básica de la concepción cristiana del mundo, del hombre y de la historia que le dé una jerarquía de valores y que lo lleve al compromiso personal y a la coherencia de la vida.
  • participe en la creación de un clima de trabajo alegre, servicial, honesto, sencillo, justo, comprensivo, sincero, que haga factible la vivencia de los auténticos valores según el espíritu de la Sagrada Familia.
  • reciba con apertura, alegría y humildad los dones de la Palabra de Dios y de la Gracia y sepa mirar con ojos de fe los acontecimientos personales, comunitarios y nacionales.
  • exprese su adhesión a la Iglesia mediante su participación en la vida litúrgica y sacramental, en el apostolado y en el servicio.
  • asuma la defensa de la vida desde su concepción hasta la muerte y colabore con el cuidado del medio ambiente.